En los verdes y misteriosos bosques del Chocó Andino ecuatoriano habita una de las aves más espectaculares de Sudamérica: el gallo de la peña (Rupicola peruvianus). Famoso por su vibrante plumaje anaranjado y su cresta llamativa, este singular pájaro es un verdadero espectáculo natural que encanta a los amantes de la observación de aves y la fotografía de naturaleza.
 
Fotografía. Esteban Yerovi
Durante las mañanas, especialmente en la temporada de apareamiento, los visitantes pueden presenciar un ritual fascinante: los machos se reúnen en sitios conocidos como “leks”, donde despliegan danzas, cantos y saltos para conquistar a las hembras. Estos encuentros ocurren en lo profundo del bosque, y muchas reservas del Chocó Andino ofrecen senderos y miradores especialmente diseñados para disfrutar de esta experiencia sin alterar su entorno.
Observar al gallo de la peña en su hábitat natural es mucho más que un avistamiento: es una oportunidad para conectarse con la magia de la biodiversidad y apoyar iniciativas de turismo comunitario y conservación. Cada visita contribuye a proteger los bosques del Chocó Andino y a fortalecer las economías locales que apuestan por un turismo responsable y sostenible.
 
Fotografía. Esteban Yerovi
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
