¿Alguien se ha preguntado, cuáles son los requisitos medioambientales, ecológicos y de reparación medioambiental para poder deforestar decenas de hectáreas de bosques; que deberían estar protegidos, con el objetivo de construir lotizaciones y urbanizaciones? ¿Es suficiente tener el inmerecido título de propiedad y uno que otro amiguete en el sector público, para poder libremente deforestar bosques, contaminar los ríos, hacer grandes removimientos de tierras y talar indiscriminadamente dentro de una de las reservas ecológicas más importantes del Ecuador y del mundo entero?
¿Alguien controla las normas técnicas de estas grandes obras privadas, los estudios de impacto ambiental, los protocolos de manejo de basura, el tratamiento de aguas servidas y toda la cantidad de etcéteras para garantizar que no se causen grandes afecciones al ecosistema del Chocó Andino como las que se están generando actualmente?
Es preocupante la situación actual y el nivel de deforestación de los bosques del Chocó Andino y lo más preocupante de todo, es que la construcción de lotizaciones y urbanizaciones privadas sigue en aumento, sin ningún tipo de control. Cantones como San Miguel de los Bancos, Pedro Vicente Maldonado y Puerto Quito cada vez ven aparecer más y más urbanizaciones y complejos turísticos privados, después de escalofriantes procesos de tala de bosques, contaminación de los ríos y remoción de tierras. Parroquias como Mindo también ven con preocupación la inminente desaparición de los bosques incluso de las reservas protegidas y zonas de amortiguamiento como la Mindo Nambillo.
Es urgente que las autoridades de turno tomen cartas en el asunto. No solo la minería está atentando contra el ecosistema del Chocó Andino, existe una aparición desenfrenada y empedernida de lotizaciones, urbanizaciones y falsas promesas de las casas y las vacaciones soñadas, ninguna da cuenta de sus estudios de impacto medio ambiental, ninguna te dice lo difícil que es mantener en pie una construcción convencional en un ecosistema como el del Chocó Andino, nadie te dice las condiciones climáticas ni los materiales de construcción más adecuados para esta zona. Es evidente que los únicos objetivos publicitarios y del marketing que manejan están enfocados única y exclusivamente en venderte un falso paraíso en tierras deforestadas.
Este problema no es nuevo. Son alrededor de 10 o 15 años desde la aparición de estas urbanizaciones privadas, bajo falsos conceptos, de propiedades paradisíacas o de las vacaciones soñadas. Actualmente, las urbanizaciones y propiedades con más años, es decir las pioneras de este magnicidio ecológico y medioambiental no son más que casas abandonadas, propiedades que con suerte son utilizadas en los feriados y fines de semana, son espacios que con el paso del tiempo no son más que un dolor de cabeza para sus propietarios porque nadie les dijo lo costoso y difícil que resulta mantener una propiedad deshabitada en condiciones climáticas como las del Chocó Andino.
Es hora de que las autoridades detengan la aparición y la construcción de estas urbanizaciones y lotizaciones privadas, el costo ecológico y medioambiental para esta zona es extremadamente alto. La última temporada de sequía nos dejó claro que los recursos hídricos se están terminando y el calentamiento global nos está pasando factura.
Esperemos que pronto las autoridades tomen cartas en el asunto, o el 3 o 4 por ciento que nos queda del Chocó Andino como una verdadera reserva ecológica pronto pasará a ser parte de la historia de lo que un día fueron territorios sacratísimos del honorable pueblo yumbo.