Antiguamente, muchísimos años antes de la colonización española a nuestro continente, la planta del agave era considerada una planta sagrada, utilizada como medicina para el cuerpo y en múltiples rituales de sanación, sagrados y espirituales. El “mishki” que en quichwa significa dulce, era una bebida de grandes y pequeños, con infinitas propiedades alimenticias, nutritivas y espirituales. El término Chawarmishki proviene del quichwa “chawana” que significa ordeñar o exprimir y “mishki” dulce.
En el Ecuador y concretamente en la capital, existen un sin número de museos y casas de experiencias turísticas. Todos o casi todos resaltando lo que para muchos, es lo más valioso de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y de nuestra identidad.
Pero, ¿Quién podría imaginar un museo para una bebida que; producto del colonialismo, de la pérdida de nuestra identidad y de la desenfrenada y voraz globalización, llegó a ser considerada sinónimo de pobreza, de ignorancia y de retraso social y cultural?
En la ciudad de Quito, en la parroquia de Pomasqui, en donde comienza el noroccidente de Pichincha y en lo que se considera la puerta de entrada al Chocó Andino, se encuentra un museo privado; como todo lo privado construido con sangre, sudor y lágrimas, dedicado a la planta del agave y todas su propiedades y características.
Este lugar nace después de años de investigación profunda y principalmente de vivir el proceso de conexión con el agave y sus elementales desde el primer día, de la misma manera como se lo practicaba desde tiempos ancestrales, cuando se conocía y se valoraba que el agave es la transformación misma de la luz solar y todos sus nutrientes en una bebida de vida y salud.
Diego Mora Flores su fundador se convirtió en un verdadero “mishkero” antes de los 18 años, gracias a su innata rebeldía y a “no encajar” en el sistema y casi 20 años después vio hecho realidad su sueño de re valorizar una actividad de sabiduría y tradición milenaria en todo el continente americano. Llevando al chawarmishki a las más importantes ferias y exposiciones del mundo entero, siendo actualmente la única bebida ecuatoriana con 5 medallas internacionales.
Una de las últimas condecoraciones de este año fue la medalla de oro en el “San Francisco World Spirits Competition” en Estados Unidos. Un reconocimiento quizá, aún más importante en este mismo año, lo recibieron en el FITUR 2024 en España, la feria de turismo más importante de Europa, en donde Casa Ágave Ecuador se llevó el premio a la mejor experiencia turística de todo el continente americano. Logrando incluso que el mismo rey de España pueda degustar y disfrutar el destilado del agave de Pomasqui, producto que durante muchos años fue considerado la bebida de los indios, de los chanchos y de los estratos sociales más bajos, menospreciados y denigrados de nuestra sociedad.
Ya en el museo de casa Agave, entre sus documentos existe un escrito muy particular, del sacerdote José Acosta de 1572, en el cual se refiere a la planta diciendo:
-.. “ He identificado un árbol sagrado para los nativos que se lo venera tanto como a un dios, ya que les provee de alimento, techo y bebida… De su mismo corazón enterrado en tierras altas, extraen su sangre blanca para beberla y con ello ingerir la vida misma dicen ellos”
En este lugar podrás conocer toda la historia del Agave en Ecuador y en toda América, podrás conocer también todo el proceso desde cuando Diego Mora, su fundador decide convertido en mishkero de poncho y Sombrero para 20 años después entregarnos la mejor bebida espirituosa del Ecuador, dicho esto por los más grandes expertos de todo el mundo.
Para finalizar la mejor experiencia turística de Latinoamérica, podrás conocer su destilería y su a y su experta bar tender quien te brindará los mejores cocteles hechos a base del miske, siempre acompañados sus guías y anfitriones, unos guambras super amables y entretenidos. Al finalizar el tour podrás comprar souvenirs y no querrás despedirte de este lugar para seguir disfrutando del único licor ecuatorianos endulzado con los rayos solares de la mitad del mundo.