MARIPOSA MONARCA

La mariposa monarca es mundialmente conocida por sus grandes migraciones que llevan millones de ejemplares a moverse miles de kilómetros tanto en América del Norte como en sur América. Este invertebrado que alcanza una envergadura de entre 8 y 11 centímetros es nativo de América del Norte y también de América del Sur, aunque se ha extendido a otros lugares cálidos en donde encuentra el algodoncillo como su única fuente de alimentación. 

En 2020 la mariposa monarca alcanzó un mínimo histórico colocándola en los la lista roja de especies en peligro de extinción ya que desde la década de los 80´s esta especie de lepidóptero ha sufrido una alarmante disminución. 

Esta considerable disminución de la población de la mariposa monarca se debe principalmente a la casi desaparición del algodoncillo (Asclepsias syriaca), especie vegetal que es la única fuente de alimentación de esta especie y está desapareciendo rápidamente debido al uso indiscriminado de herbicidas y pesticidas y a la tala indiscriminada de los bosques.

La mariposa monarca hembra pone entre 300 y 500 huevos individualmente en la hoja de una planta de algodoncillo, después de unos pocos días los huevos se convierten en larvas, las mismas que pasan la mayor parte de su tiempo de vida; es decir unas dos semanas comiendo algodoncillo para posteriormente convertirse en pupa o crisálida. De donde emergerán como mariposas adultas con colores negros y naranja predominantes. 

La mariposa monarca es una especie que desarrolla comportamientos distintos dependiendo de cuándo completen el ciclo de su metamorfosis. Si nacen en primavera o a inicios del verano comenzarán a reproducirse en tan solo pocos días. Mientras que si emergen a finales de varano o en el otoño sabrán que se acerca el invierno y que es hora de dirigirse a zonas ecuatoriales para disfrutar de un clima más cálido. 

En las etapas migratorias, usan el sol para mantener el rumbo, además la mariposa monarca cuenta con sensores y una brújula magnética muy precisa lo que las ayuda a migrar en los días y zonas nubladas.