EL CHOCÓ ANDINO: ¿ UN TERRITORIO LIBRE DE BASURA ? – SEGUNDA PARTE

¿CÓMO SOLUCIONAMOS EL PROBLEMA DE LOS RESIDUOS Y POR QUÉ HACERLO DESDE UNA VISIÓN BASURA CERO ?

Un sistema de Basura Cero busca primordialmente la no generación de desperdicios, tomando en cuenta diferentes decisiones que, como consumidores podemos tomar, replanteando nuestras necesidades de consumo y el tipo de productos que elegimos promover. Este sistema también busca la responsabilidad de las empresas generadoras de basura, siendo estas las que dentro de sus procesos de producción, venta y responsabilidad social también deben hacerse cargo de solucionar los efectos ambientales y sociales de su negocio.

Enfocándonos puntualmente en la industria alimenticia, el nivel de uso de plásticos llega incluso a ser obsceno, muchos de estos empaques podrían ser totalmente prescindibles. Además, la mayoría son plásticos que no pueden realmente reciclarse, o como el poliestireno, que son capaces de liberar sustancias tóxicas hacia los propios alimentos. Mientras más cantidad de desechos genera un producto alimenticio que adquiero, es más probable que su calidad sea menor. Y, si observamos bajo el ojo de la soberanía alimentaria, tanto el empaque por fuera, y el contenido por dentro, especialmente en alimentos ultraprocesados, ambos terminan siendo basura. La reflexión en este sentido llega a ser más profunda de lo que pensamos, y es que la basura sólo es el resultado final de un sistema metabólico económico y social que no sirve y que no cuida nuestra salud, ni nuestros ecosistemas, ni nuestros recursos, ni nuestra supervivencia. Es urgente que los territorios soberanos exijan una alimentación más saludable para su pueblo y que las empresas se hagan cargo de la contaminación generada por sus productos (si bien es cierto que el plástico es muy barato, no hay que olvidar que lo es justamente porque no considera en su valor su tratamiento en su disposición final, ni tampoco considera el verdadero costo ambiental que significa producirlo). 

En este contexto, también es importante pensar en ordenanzas que demanden la responsabilidad extendida al productor. En Quito hay una ordenanza que prohíbe la venta de plásticos de un solo uso. Pero, ¿por qué no se aplica? Es urgente que la separación diferenciada ocurra en la fuente,  que se promuevan sistemas descentralizados de gestión de residuos: a nivel escolar, institucional, barrial y comunitario, involucrando a la comunidad en estos procesos, proponiendo así la posibilidad de mejores relaciones sociales y una mejor relación con nuestro medio ambiente; además del ahorro de una gran cantidad de recursos, en diferentes aspectos. Para esto necesitamos un mayor involucramiento del sector público y voluntad política, facilitando recursos para que se lleven a cabo estos procesos. 

Adicionalmente, es pertinente recalcar que, muchas veces, las prácticas alrededor del manejo de los residuos recaen solo en el reciclaje, cuando esta práctica debe ser la última de las Rs a tomarse en cuenta. En este sentido, es importante estar atentos a no caer en la mercantilización de la basura y el greenwashing (marketing verde destinado a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica), es una línea muy delgada, con una visión que promueve el reciclaje como principal solución y que no nos lleva realmente a erradicar el problema de raíz. Un verdadero modelo Basura Cero, promueve el rechazo y el no consumo de estos materiales, así como una educación para los jóvenes hacia prácticas más sostenibles, una mejor alimentación, la integración de huerta en los planes educativos, una transición hacia mercados más justos, la promoción del consumo local, sistemas retornables y de refill. Este modelo nos plantea el gran reto de identificar y cambiar estos paradigmas que nos mantienen ciegos en prácticas que atentan nuestra salud y la de nuestros ecosistemas.

Adicionalmente, es pertinente recalcar que, muchas veces, las prácticas alrededor del manejo de los residuos recaen solo en el reciclaje, cuando esta práctica debe ser la última de las Rs a tomarse en cuenta. En este sentido, es importante estar atentos a no caer en la mercantilización de la basura y el greenwashing (marketing verde destinado a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica), es una línea muy delgada, con una visión que promueve el reciclaje como principal solución y que no nos lleva realmente a erradicar el problema de raíz. Un verdadero modelo Basura Cero, promueve el rechazo y el no consumo de estos materiales, así como una educación para los jóvenes hacia prácticas más sostenibles, una mejor alimentación, la integración de huerta en los planes educativos, una transición hacia mercados más justos, la promoción del consumo local, sistemas retornables y de refill. Este modelo nos plantea el gran reto de identificar y cambiar estos paradigmas que nos mantienen ciegos en prácticas que atentan nuestra salud y la de nuestros ecosistemas.